Estaba allí esperando nada, a decir verdad, recorriendo con neutralidad viejas líneas y extrañas verdades que crecían dentro de mí. Esté día no tendría porqué ser diferente, todo marcho como un día monótono cualquiera, estaba concentrada… pero sucedió lo increíble ¿Cómo podría hacer aquello posible? Jamás me había sentido de esa forma, las palabras de mis labios eran incapaces de salir y hasta ahora las letras se tropiezan entre ellas, acostumbrándome a ordenar las ideas para expresar lo que sentí con tal satisfacción en ese instante. Pero yo… ¿Sentir algo así? ¡Oh! Pero era real, ahí estaba el sentimiento calándose en lo más profundo de mi ser, deseándolo aún más, haciéndolo eterno, completamente parte de mi y no dejarle escapar jamás. Es increíble como aquella perspectiva puede cambiar en un par de segundos, con una noticia, un saludo, una sonrisa o simplemente una mirada. ¿Cómo aquello fue capaz de cambiar mi mundo? Pero es así y lo hizo.
Pude darme cuenta, porque conocí el éxtasis mismo de la felicidad.
¡Es niño, es niño!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡¡Eso es, eso es!!
ResponderEliminar