sábado, 19 de marzo de 2011

Say goodbye...

Entonces sólo el polvo podía sentir de mis recuerdos y las cosas que dejaste atrás, y junto a mi. Por favor dime adiós, mi pecho se oprime y ya no puedo llorar por mucho dolor que sienta, tú sigues tan presente como el día en que te conocí, el día en que besé tus labios por primera vez. Te lo ruego, dime adiós, nunca escuché una palabra así salir de entre tus labios, de alguna forma sentía que nunca lo quisiste decir y nunca lo hiciste ¡Hubiera sido mejor! Ahora tengo que luchar contrra tus ojos y tu imagen difusa ¡Me pondré de rodillas! Dime adiós, lo necesito para dejarte ir, para correr lejos de ti aunque me muera porque te quedes y te vuelvas real... Y te quedes otrta vez junto a mi descaro, porque es el único nombre que tengo para pedirte que te quedes junto a mi y a la vez que me digas adiós.
¡Dilo! Será mucho mejor, podré sanar y no te atormentaré nunca más... Necesito oirlo ¡Necesito que te vayas de mi!

Desolación

Había tenido un sueño extraño... Me encontraba sola en la ciudad, el viento soplaba con tranquilidad y el polvo se acumulaba en cada lugar. Me preguntaba con angustia dónde estaban todos ¿Por qué me había dejado sola? La desesperación me costaba el aliento mientras corría en busca de alguien, el dolor se pronunciaba en mi pecho al pensar en quienes yo quería y ansiaba que alguien estuviera buscándome.
Lloré como una niña pequeña, angustiada y perdida junto a una tienda de juguetes. Entré y con la emoción de un niño me regocije entre la suave textura de grandes osos de peluches, hasta que me quede profundamente dormida.
Despertando no me costo darme cuenta de que nunca he estado sola... Sólo que así me sentía.